viernes, 13 de agosto de 2010

El proyecto de las 100 gruyas.



Sólo vi que una amiga está haciendo 100 gruyas para un regalo, ni sé para quién son.

"Pedro está retomando lo de la bici"

                                                              A David H. 
   
   Lo más difícil de distanciarse de un amigo es volver ¿cómo vuelves? Me recuerda a eso que dice Malte en sus cuadernos acerca de lo tonto que le parece contarle a alguien que se está transformando, cuando precisamente no es el mismo de antes. 
    ¿Se entendió el párrafo anterior? Tengo mucho tiempo sin redactar... quizás luego hablemos de eso. Sólo me recuerda, dejo en claro que no me sabe igual. Es decir, aún me reconozco volando en una bicicleta alada con cara de pendejo, sólo que como dicen nuestras amigas de Sabia vida Savia, a veces ella, la bici, baja a tocar la tierra. 
    Regreso con cariño de un estudio precedido por vuelos muy, muy altos, que me alejaron de este blog. Tuve que morder algunas nubes (quizás más de la cuenta) y no contarle a nadie. Luego bajar, y guardármelo también. Allí, regido por las leyes terrenales se me engancharon a la ropa esas premisas (o consignas) tipo "no tengo tiempo", o "mi vida depende de esa calificación"... Regreso a afrontar mi fracaso. 
   He escrito mucho, muy diferente a mí parecer a lo que es redactar. No he visto muchas películas, no. He cosido mucho, mucho, sí. Las pequeñas libreticas en las que bosquejeaba embriones de versos se acabaron. Las hojas, quiero decir. Así mismo todo lo que he escrito últimamente se ha repartido en los inconclusos cuadernos del terrible semestre pasado. No parece un problema, pero me siento un poco desmembrado, como debe sentirse la imagen de un rompecabeza desarmado. Además, metí tantas materias, que el interés literario del principio poco a poco se fue evaporando dejándole lugar sólo a la angustia de lo que llaman "ansiedad cultural" o no-sé-qué-vaina fáustica, como lo llama mi amigo Daniel P.A. En verdad no fue tan malo, pero me desmoralizó en ciertos asuntos. Por ahí dicen que soy "susceptible al elogio" (quién sabe qué diablos significa eso). 

    El Proyecto Para-No-Dormirnos del año que se quedó dormido esperando a su coescritora, el llamado "Dedal", dedicado a la moda y al diseño fue sorprendentemente el que me raptó en estos meses de ausenciá. Pronto hablaré de Picopinto design, proyecto de diseño de cintillos, tocados y cosas para la cabeza en el cual trabajo junto con mi novia (PUBLICIDAD, sólo jodo).
    Con respecto a la lista de películas, el cine, la cosa. Ay... el cine... Mi televisor murió y el DVD que tenía prestado (prestado, prestado no como el pote de silicón del Centro de estudiante, que era "medio robao" y no precisamente para dárselo a los pobres) me lo pidieron de vuelta. Eso, mezclado con un miedo extremo a ver películas o leer libros que me tocaran teclas desafinadas e hipersensibilizadas a causa de ingerir tanta nube llevó a Persona de Bergman a empolvarse junto a otras en mi cuarto. Sin embargo, he podido ver algunas...
    Debo decir que lo de andar comiendo nubes fue necesario, no obstante, aconsejo no pensar tanto y mucho menos vigilar los pensamientos. Es mejor no ser santo inquisidor (por no decir exorcista) de sí mismo. Esto me alejó de varios amigos, incluyendo la bici y sus ganas de enseñarme a tocar la imagen con tres dedos, uno literario, otro cinematográfico y el otro, con dedal, de costurero. Si no me hubiese distanciado, ausentado en ciertos momentos quizás hubiese estado más tranquilo. 

    Ausencia... No sé si realmente llegué a irme, pero sí sé que guardé silencio. Hubo cosas que no supe cómo decir, porque no supe como acomodar en mí. Acomodar en el sentido de buscarle puesto y, bueno, me contradije: escondí el error en vez de aprovecharlo. Antes, aquí, escribían varios ciclistas. Puedo entender ahora que nos costó mucho coincidir para organizarnos y la bici cayó por peso. 
    Pido disculpas, sé que algunos se decepcionaron mucho, deben saber, sin embargo, que esto no afecta de ninguna manera nuestra amistad. 

    "Pedro está retomando lo de la bici". En esos términos esto no funciona. Las sensibilidades vibran, las necesidades expresivas no paran de cambiar. Aunque el mundo siempre le pele las mismas costuras. 


GRACIAS de todo corazón a Daniela Guglielmetti y Gabriela Lovera  autoras del libro que inspiró a este blog Sabia vida savia por ese regalo tan bonito y gratificante. Un poema ilustrado o, como solíamos subrayar, una ilustración poética dedicada a la Bicicleta alada (si le dan click verán la imagen lo suficientemente grande para leer el poema).

canción en curso: Fruto real de Hector Buitrago.