sábado, 10 de abril de 2010

No fueron cuadernos, pero fueron libros.


Recuerdan que Pedro I. "tomó prestado" el silicón líquido del Centro de Estudiantes de su Escuela para hacer los cuadernos del semestre. Sólo medio hizo uno, pero, en cambio pudo reparar muchos libros viejos.

viernes, 9 de abril de 2010

Mi primer vuelo [por Thoughtful-Ness]

   Hoy he tomado una siesta en plena tarde, es algo que no suelo hacer nunca, pero esta vez mi mente me lo exigió. Al despertar mi primer pensamiento fue hacia la Bici (como solemos llamarle ahora por cariño a la bicicleta alada) y la sección de la que acordé hacerme cargo. 

   Efeméride es una bonita palabra, pensé, aunque realmente nunca me había detenido a pensar en su significado. Y como la curiosidad ha sido siempre mi gran pecado, dejé a un lado el almuerzo que me había estado esperando y me dispuse a buscar mi copia de El Pequeño Larousse Ilustrado. (que de pequeño no tiene nada).

Efeméride(De efemérides).

1. f. Acontecimiento notable que se recuerda en cualquier aniversario de él
.
2. f. Conmemoración de dicho aniversario.



   Ya con el significado un poco más en claro, puedo dejarles algo a modo de explicación. Un suceso sin fecha, pero que sabemos no ocurrió mucho tiempo atrás y que probablemente no sea un acontecimiento que cambió la historia, pero sí cambió un poco mi historia. 


   Esta historia que estoy a punto de contarles, sucedió en un día como hoy, hace ya algún tiempo. Deben escuchar con gran atención, pues no ha de ser repetida, porque como solía decir mamá cuando yo era aún una niña “los sueños no deben contarse o jamás se harán realidad”, deben pues aguzar el oído y cerrar los ojos, de otra manera no podrán ver nada.


   Existió una vez un pueblito pequeño, del tamaño de una cabeza de alfiler, que llevaba por nombre Realidad, era un pueblito muy pintoresco y diminuto, tanto que aunque sus casas eran de vivos colores, nunca logró figurar en ningún mapa, y sólo los aldeanos de pueblitos cercanos sabían de su existencia. La pequeña villa estaba rodeada por montañas, altas y nevadas, a las que los lugareños recelosos, jamás se acercaban.

   Es en una de estas montañas, donde la más osada de las casitas fija sus cimientos. En esta morada de techo nevado, una niña llegó a existir, que pudo haber sido como cualquier otra chiquilla Real, pero que decidió no serlo. Esta niña peculiar, de mirada inquisitiva, desconfiaba de todo lo que la rodeaba. Desconfiaba del color azul del cielo, que nunca parecía tener el mismo tono; desconfiaba del viento que le susurraba palabras que no conseguía entender; dudaba del vuelo de los pájaros, pues no podía ver al titiritero que hacía batir sus alas y sentía recelo de la noche, porque la luna nunca parecía ser la misma y las estrellas nunca se encontraban en el mismo lugar.

   Dubitativa, desconfiada y a la vez curiosa y deseosa de entender el mundo, permanecía la mayor parte del tiempo dentro de su hogar, pues temía aventurarse al exterior y perderse por horas observándolo todo de manera recelosa y haciéndose preguntas para las que nadie tenía respuesta.

   Mas la decisión de permanecer en casa perdió peso una tarde, cuando el viento, caprichoso, intentaba decirle algo a través de las paredes de piedra. Al salir, el extravagante canto de una alondra le distrajo y le hizo abandonar su propósito inicial casi inmediatamente; cerrando los ojos se dejó llevar por el sonido hasta un árbol cercano, dónde las hojas se agitaban rebeldes, delatando la presencia del ave. Temerosa, decidió acercarse, mas al llegar al pie del árbol, un caminito de plumas blancas captó toda su atención. En silencio, preguntándose hacia dónde llevaría tal caminito, tomó un pluma en sus manos.

  Resolvió seguir las plumas con cautela y luego de un gran trecho , un objeto de apariencia extraña y metálica le corto el paso. De no haber tenido esas grandes alas blancas, la niña habría tenido la certeza de que era una bicicleta. Perpleja, se cuestionó de inmediato la utilidad que podría tener una “Bicicleta alada” y titubeante se acercó a acariciar una de las espectaculares alas. La bicicleta desplegó las alas y las agitó, como invitándola a dar un paseo. La pequeña sintió la necesidad de deternese a reflexionar y preguntarse el porqué de su desconfianza hacia todo, y luego de unos minutos en silencio, comenzó a percatarse de algo que jamás había notado.

 
Una bicicleta que es alada: tener la certeza de que el mundo está lleno de posibilidades para aquellos que se atreven.

Aquí nace el Delantal de Sueños

    Quizás empezar a pedalear sea la parte más difícil de esta aventura (pues ni me quiero imaginar cómo será frenar). Desde que comencé a quitarme los zapatos para subir a la bicicleta, constantemente he escuchado la palabra “Sensibilidad”, y me he dado cuenta de que todos mis compañeros ciclistas se caracterizan por tener algo de ella en sí. Muchas veces suelo denotarle un significado a palabras como esta; apenas escucho decir algo relacionado con “Sensibilidad”, algo adentro de mí automáticamente me dice “libertad de vivir”. Si, alguien sensible es alguien libre de vivir, libre de sentir, de sufrir, de reír, libre de experimentar hasta lo más profundo una infinidad de emociones que pueden ser sentidos a flor de piel. 

    La Bicicleta Alada se caracteriza principalmente por esa palabra, que quizás a algunos les podrá parecer muy dulce o empalagosa, o hasta neutra; pero es libre y vuela. La Bicicleta despliega sus alas para que sus ciclistas sientan el pedaleo y sientan la libertad de vivir sin reglas. 

   Pero debo decir que el Delantal de Sueños tiene tres reglas: amárrate el pelo, lávate bien las manos y prepárate para explotar tus sentidos. Sintetizaremos la vida en un plato. El día a día de cada mes se verá reflejado en aquello fundamental para todo ser vivo: la Comida. Puede que para algunos comer sea algo básico, una mera necesidad. Pero, me presento: soy Natalia y pienso y siento que comer es el mejor placer de todos.

   Hace no mucho retomé un sueño de mi niñez que podrá parecer algo usual, pero recuerdo que cuando tenía alrededor de diez años soñaba con dedicar mi vida a cocinar para todo aquel que lo necesite o lo aprecie. Sin embargo, como te podrás dar cuenta, no veo el acto de cocinar como una simple mezcla de sabores, olores, colores y texturas. Tampoco me tildo de Chef o de algún título refinado, pues no siempre cocino, no siempre hago buenos platos. Para mi cocinar es como escribir un diario de vida; es un método de expresión, de desahogo. 

   Soy estudiante de segundo semestre de Letras de la UCV. Una de las clases que más me ha marcado desde que estudio en la escuela, fue al inicio de primer semestre, cuando mi profesor Castillo Zapata de Teoría Literaria nos enseñaba lo que era la literatura. Puedo resumir, con miedo a que otros letrados lean esto y me contradigan, que la literatura son sentimientos hechos palabras, con sus respectivas normas y caminos. Como si hubiera sido esta tarde, recuerdo a mi profesor esmerándose para hacernos entender cuál era el real concepto de este arte. Como muchos éramos nuevos en el mundo de las letras, con certeza comparó un texto literario con una receta de cocina improvisada, que evidentemente no era literatura. Esa enseñanza con respeto la cuestioné y terminé tomándola como un desafío que voy a empezar en mi camino de ciclista. Mi misión aquí, es hacer de las recetas que más causen emoción y mariposas, arte literaria. Voy a escribir cada uno de los sentimientos que me causen los pasos que requiera el plato que estaré preparando, cuando lo pruebe, y por supuesto, sabrás qué tipo de nervios me dio ver las caras de los demás ciclistas probando lo que cociné. No tengas las expectativas muy altas; recuerda, no soy chef: sueño, experimento, siento, y como alguien muy especial me dijo, me quiero comer el mundo.

Nota del editor: La foto de Natalia fue tomada justo antes de preguntarme, un poco psicópatamente cabe acotar, "¿a veces no te dan ganas de comerte la pared?".

NUEVOS CICLISTAS [Por Pedro Ignacio]

Imaginantes:

    He tenido ciertos problemas con la lista de películas del Proyecto-Para-No-Dormirnos Cinema. Escoger entre tantas, ordenar por director, buscar las fechas, ver los trailers ha sido un trabajo duro, si no fuese por la emoción que dejan los trailers, estoy seguro que hubiese abandonado el proyecto, porque pa’ más ñapa, me quedé sin DVD. 

   Por otro lado, El Proyecto Dedal está en un período de incubación, necesitando además más aves que lo empollen. En fin, decíamos en la publicación anterior que buscamos dinámicas de publicación no limitantes para que todos, ciclistas e invitados, podamos ser publicados sin saturarlos a ustedes. Por otro lado, también estamos trabajando en mejorar el diseño del blog. 
   
Queridos, lectores, están más que invitados a opinar, comentar, donar, empollar, a participar de la manera que más les provoque. No tengan miedo, equivocarse aquí es el tema, no el peligro.

    Hace unas semanas publicamos los primeros artículos de “Por el camino de…” a cargo de Sofía y “Una de muchas…” por Bryan, es un gusto para mí presentar dos nuevas secciones: la primera, del mundo de la cocina a cargo de una amiga muy querida que quiere comerse el mundo, Natalia, “Delantal de Sueños”, y, el segundo, “Efemérides” una ventana a las fechas de la historia del arte y la sensibilidad, a cargo de Ness, a quien admiro por su diligencia humanista y su disciplina casi samurai.  A continuación su presentación, más abajo pueden apreciar la primera fecha que celebramos.

Les desea suerte, 

Pedro I., el Editor. 


P.D: Pronto estaremos publicando más ciclistas. Cualquier cosa pueden escribirnos a bicicletalada@gmail.com. 

Nota: ambas fotos son de nuestro primer Domingo de Bicicleta, como llamamos a las reuniones de los articulistas de la Bicicleta Alada. la pantalla de lámpara que tenemos arriba Aiko, abajo mi persona, es  el sombrero que nos otorga el derecho de palabra en las reuniones.

La importancia del fracaso y el drama de Teoría literaria [Por Pedro Ignacio]

  A Helen Cova y Kike. 

  Kike, un amigo muy querido de por ahí, me dijo algo así como "en el mensaje ese de Facebook sonaste a que pedías disculpas, por no escribir en la bici". Y yo: "¡claro que no!... bueno sí, pero es para que la gente que está ahí, que nos sigue, no crea que abandonamos el proyecto"... Ahora que lo pienso, quizás, me pedía prórroga a mí mismo. Me escribí “tranquilo Pedro, ya retomaremos”. 

   Así que, como quieran tomarlo, para mí, para ustedes: la razón por la que ahora podemos leer mi nombre entre corchetes al lado del título es porque ahora tenemos más articulistas ¿recuerdan los ciclistas? Ya empezaron a pedalear… En este momento trabajamos en un sistema de publicación. Imaginemos “sistema” no como sistema burocrático o socio-económico, sino como sistema nervioso, es decir un poco más del orden orgánico, y no tanto como esos en los que solemos sentir que es la norma por la norma. Estamos en la búsqueda de un sistema que corresponda con nuestros nervios. Y eso es lento. 

   Además, además, además, existen factores como Bertolt Brecht, la clase de teoría literaria y las pautas de un trabajo que desconocía por completo. El propio “estoy más perdío que el hijo de Limber”. Perdido del trabajo, no de la materia, si lo estaba, quiero dejarme bien claro que no fue por descuido, sino por todo lo contrario. He estado haciendo especial esfuerzo por entender lo que estudiamos en estos momentos, y bien sabido es que estas disciplinas casi nos exigen fracasar. 

   He aquí el porqué de mi fuerte oposición al sistema (entendiendo éste, sí del orden de lo inflexible) de inscripción de materias de Letras en el cual los estudiantes de mejor promedio tenían prioridad para elegir qué materias y con cuáles profesores cursar: la literatura le canta más al fracaso, que al éxito, nuestro héroe es el Quijote, no Obama. Por fracasado, amante del fracaso, no supe explicarme mucho en aquel momento, pero intervine con el corazón en la mano para declarar que considero criminal que se le prive a un estudiante que fracasó ver clases con los profesores más solicitados, que son los más apasionados. Hombres y mujeres que tienen escritos en sus ojos todas las batallas perdidas, todas las muertes, los desengaños, los amores no dados de la literatura. El mayor honor de todos, ver clases con alguien que en secreto reconoce en Madame Bovary una amiga o en Bertolt Brecht un compañero de estudio… 

   Establecer un sistema del mérito en una Escuela de Letras no tiene ningún sentido, ahora entiendo que sería igual a escribir en las paredes de nuestras aulas que está prohibido fracasar, naufragar como llama hermosamente María Fernanda Palacios. 

Lo confiesa J. K. Rowling a un grupo de graduandos de Harvard: 
El fracaso me dio una seguridad interior que nunca experimenté al pasar los exámenes. El fracaso me enseñó cosas acerca de mí misma que no hubiese podido aprender de otra manera. Descubrí que tengo una fuerte voluntad, y más disciplina de la que esperaba. Y también descubrí que tenía amigos cuyo valor es mucho más alto que el de los rubíes. […] Si me dieran una máquina del tiempo o un Gira-Tiempo, me diría a mi misma a los 21 años que la felicidad personal reside en saber que la vida no es una lista de adquisiciones o logros. Sus calificaciones, su currículum, no son su vida, aunque conocerán a muchas personas de mi edad o mayores quienes confunden estos dos aspectos. La vida es difícil, y complicada, y más allá del control de cualquier persona, y de la humildad de saber que se te permitirá sobrevivir a sus vicisitudes. 

    Por eso la Bicicleta legitima el bosquejo, el error. Señores imaginantes: el fracaso es importante. Respiremos que las intervenciones torpes de la clase de teoría, la posibilidad de salir mal en el trabajo, estar perdido es rutina de los más apasionados. Aunque es claro que es muy difícil conjugar esto con la llamada “disciplina”, es decir no podemos esperar que nuestros profesores entiendan nuestras faltas de esta manera. Sin embargo, recordemos, profesores, estudiantes, que podemos estar comprometidos mientras estamos perdidos. En fin, con menos angustia me acercaré a la crítica de Bertolt Brecht, si observan su foto verán que no es precisamente de temer, de hecho la simpatía de su foto recuerda a los hermanos Marx, cómicos estadounidenses, e irónicamente no a Karl Marx. 


  Bueno, los de la Bicicleta seguimos trabajando, queridos imaginantes. Entiéndase que no sé dónde comienza el compromiso con mi persona y dónde comienza el compromiso con ustedes.



Nota a los profesores de la Escuela: Quisiéramos que prescindieran de preguntarnos en clases de manera inquisitiva, como Quién quiere ser millonario sin opciones, como un crucigrama imposible, como castigo, venganza. Por una parte, porque desde primer semestre sabemos que no sabemos, pero sobre todo porque interrumpen nuestro fracaso personal, y el estudio se transforma en angustia. Como si una pared del cuarto íntimo en el que leemos se abriera cual telón para revelarnos un público, quebrando y repartiendo en fragmentos nuestra relación con los textos. 

Desmoronándose ante cien ojos lo que es, sin duda, parte del proceso creativo que contiene la lectura. 

Nota: la primera foto es de Bertolt Brecht, crítico marxista (por Karl Marx), poeta y dramaturgo, y la segunda del cómico Groucho Marx. 

María bonita [por Random-Ness]


   Se cumplieron ayer ocho años de la muerte de “María bonita”, el 8 de abril de 2002. María Félix, la ideal Doña Bárbara de Rómulo Gallegos, “La Doña”;  una indomable y hermosa actriz mexicana, cuyo nacimiento celebramos hoy también. Tendría 96 años y de aún estar con vida, cumpliría aquel decir de  “Las estrellas no tienen edad”.

La recordamos como era entonces, una hechizante Doña Bárbara.


miércoles, 7 de abril de 2010

Recorte #2




estéticamente imposible -soltó Gonzalo.